Ministerio de Salud

Our Services

Misión del Ministerio de Salud

Propiciar que el enfermo, su familia, médicos, enfermeras y trabajadores de la salud en general, tengan un encuentro personal con Cristo, potenciando entre ellos una cultura más humana y cristiana frente al dolor, al sufrimiento, a la discapacidad, a la agonía, a la muerte, al duelo, a la defensa de la vida.

Los miembros de este Ministerio realizan visitas a los enfermos que necesitan apoyo espiritual, moral o simple compañía, para hacer sentir la compañía, la asistencia y la mano del Señor llegando a través suyo.

¡Ayúdanos a ayudar!

Cómo funciona

  • Programación de visita a Hospitales, centros de salud y domicilios
  • Coordinación de actividades entre laicos y religiosos
  • Trabajar en comunión con la Pastoral de Salud Diocesana
  • Actividades espirituales, formativas y de convivencia entre miembros

Objetivos del Ministerio

Que los servidores atiendan y acompañen pastoralmente a los enfermos y a su familia, para que éstos puedan afrontar de modo evangélico su situación particular y así descubrir la presencia y acompañamiento de Cristo el buen samaritano.

Los miembros de este Ministerio procuran ser verdaderos portadores del amor de Dios y de su Gracia que salva.

Se busca formar agentes capaces de evangelizar por todas partes y en todo momento, a través de la palabra y de las obras; personas sensibles al sufrimiento ajeno, y dispuestas al llevar la acción sanadora de Jesús a las almas que el Señor ponga en nuestro camino, viendo en el sanar una forma concreta de amar

5000 miembros a nivel internacional

3500 casitas de oración en todo el mundo

Casitas de oración en más de 25 países

12 Encuentros internacionales realizados en 18 años de vida

Únete al Ministerio de Salud. Sé portador de fe, de la Paz de Cristo.

Ora, fórmate, convive.

Mayor información en

casitas@aneapostolado.com

+52 999 555555

Dirección física completa

En qué nos ayuda tu donativo

Cada centavo que recibimos en donativos nos permite llevar un plato más de comida, vestir a una persona en necesidad, comprar un remedio para un enfermo, apoyar a un sacerdote de pocos recursos, solventar misioneros que donan su tiempo, poder soportar este sitio. Es decir, llevar el Evangelio un poquito más allá cada día.